domingo, 21 de octubre de 2012

Marc estuvo todo el día organizando el escenario  (mi escenario). En la noche me tomó dos fotos, luego dijo "ya está", y se fue, como diciendo "adiós para siempre" pero sin decirlo.



sábado, 20 de octubre de 2012

él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio


Estas son de Marc (no es muy buen fotógrafo).

viernes, 19 de octubre de 2012

Hoy Marc Spraise me explicó el sentido del juego del otro día. "Era una alegoría de mí"; no sé si eso tenga algún sentido.

Yo pienso que ver tantos videos al mismo tiempo es como... quizás un poco latoso. Por momentos estimulante, por momentos inspirador y hasta epifánico. Pero en definitiva un gran signo de interrogación.


Modestamente, Marc confesó (¿confesó?) que todo el juego era sencillamente un elogio al pensamiento disperso. Yo le pregunté si no era lo mismo un elogio que una apología y él me respondió: "espero que no".

Más tarde discutimos sobre

  1. máscaras INTIMIDAD-->IDENTIDAD-->APOLOGÍA      
  2. simulacros    RENUNCIA 
   
Y todo esto, resultó ligado de algún modo a







jueves, 18 de octubre de 2012

Las drogas, los libros, las desventuras amorosas, las aficiones enfermizas, los tiempos muertos, las oportunidades malgastadas... En cualquier caso, son estados alterados de la percepción, y recomiendo combinarlos con azufre.

Escribo esto mientras Marc lee un documento.

Acaba de decirme, pertrechado:

"Nadie nos puede prohibir que, cuando te diga Ian Wilson , tú me entiendas Ian Wilson, ¿de acuerdo?"

"Está bien", le respondí. ¿Por qué diablos me habla de Ian Wilson?

"Porque ayer lo entrevisté".

Esta conversación me resultó particularmente extravagante, particularmente grotesca. Me di vuelta y le dije que nos viéramos mañana, que hoy no lo invitaría a pasar a mi habitación.

miércoles, 17 de octubre de 2012

martes, 16 de octubre de 2012

Mi grupo y yo decidimos, ayer en la noche lanzar nuestro nuevo símbolo.



Quedó en segundo lugar mi propuesta:




No se lo pienso contar a Marc y espero que no se entere. Ni del grupo ni del símbolo (él piensa que todos los símbolos son apologéticos).

Por cierto, hoy tuvimos una larga discusión sobre la apología. No sé cómo, conociendo a Marc, resultamos en el consenso de la siguiente ecuación:



lunes, 15 de octubre de 2012

Ayer pensé que "sancocho fosforescente" era alguna clase de frase enigmática. Pero la verdad es que era un nombre sin el menor sentido. Diría que estúpido (lo comprobé tras rastrearlo alegremente), pero mejor no lo digo.

Después de esa constatación, encontré que muchas de las conductas de Marc me resultaban decepcionantes.




Por ejemplo, Marc suele pronunciar palabras involuntariamente, mientras camina, mientras come, mientras conversa. Antes creía que era algún juego o un ejercicio de ruptura o un performance cotidiano experimental. Pero no: es un acto involuntario, un arco reflejo extraordinariamente extraño. Como un eructo, no sé.

Ya sé que Marc se está volviendo amante de lo imprevisto, de modo que aprovecharé la próxima vez para abofetearlo.




Y esperaré sinceramente que sonría.

domingo, 14 de octubre de 2012

Me encontré con Marc a la 1:24 de la tarde + cuarenta y tres segundos. Si mi reloj contara las centésimas, de seguro todavía las recordaría.

Al verme dijo tener hambre, pero yo no tenía comida ni cómo comprarla. Fuimos al Rumichaca a pedir aquellas verduras que los propios vendedores, tras una breve disputa, confesaban sin valor comercial. 

Comimos entonces lo que Marc Spraise llamó un "sancocho fosforescente". 

Mientras tanto, le conté que yo había grabado este video.


"Esa no es tu voz", me respondió, aunque aclaró que ello no significaba que no me creyera.

¿Qué opinas? Le pregunté luego. Sonrió y no dijo nada. Bueno, dijo esto



y esto




y esto




Pero sospecho que quiso decir "nada".

sábado, 13 de octubre de 2012

Hoy desperté en la misma cama que Marc Spraise. Bueno, yo desperté y él simplemente pasó sus horas, como todas las noches, en vela.

Ya temprano buscaba algo pero yo lo interrumpí pues el tecleo me sofocaba. No sé por qué pensé iba a enfadarse así que rápidamente empecé una nueva charla.

Le conté que me gusta bailar con él


Y no sé en qué diablos estaba pensando Marc porque su respuesta fue mostrarme un horrible manuscrito sin explicarme su significado.


viernes, 12 de octubre de 2012

Marc me contó que en la mañana había entrado a la Librería Merlín y que, como aún retumbaba en su cabeza una conversación atemporal que casualmente había escuchado mientras pasaba frente a una charcutería, había fracasado.

"Fue espantoso, como escuchar simultáneamente un chapirrapi y un vals flameur... Mire, si no me entiende haga usted mismo la prueba.

Escuche

y al mismo tiempo escuche la conversación. ¿Cuánto tiempo puede soportar así?".


Así que hoy, después de varias semanas de distraer coquetamente a la hija del librero mientras robaba esto o aquello, Spraise fue sorprendido y echado a patadas del local, al que nunca volverá.

jueves, 11 de octubre de 2012

Todos hemos conocido personajes particularmente espléndidos. El mío dijo llamarse Marc Spraise y lo conocí ayer.

Lo encontré de pie, levemente desvaído, recostado en algún punto de la Carrera Décima. Lo primero que me pidió fue que bajara mi cámara y apagara todos mis aparatos. Yo no llevaba ninguno, así que le obedecí y le pregunté en qué pensaba. Sin mirarme, dijo que su pasatiempo era vagar por ahí odiando a sus "vecinos". Se refería a




Hablamos un rato, caminamos por las calles del centro. Nos sentamos un momento en



y luego ya tuvimos la suficiente cercanía  para que él me dijera y yo le escuchara lo siguiente:

"Le hago la única súplica que no me parece plebeya: mida bien el tamaño de mi voz, no sea que se le ocurra hacer con ella boberías".