Marc me contó que en la mañana había entrado a la Librería Merlín y que, como aún retumbaba en su cabeza una conversación atemporal que casualmente había escuchado mientras pasaba frente a una charcutería, había fracasado.
"Fue espantoso, como escuchar simultáneamente un chapirrapi y un vals flameur... Mire, si no me entiende haga usted mismo la prueba.
Escuche
y al mismo tiempo escuche la conversación. ¿Cuánto tiempo puede soportar así?".
Así que hoy, después de varias semanas de distraer coquetamente a la hija del librero mientras robaba esto o aquello, Spraise fue sorprendido y echado a patadas del local, al que nunca volverá.
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