jueves, 18 de octubre de 2012

Las drogas, los libros, las desventuras amorosas, las aficiones enfermizas, los tiempos muertos, las oportunidades malgastadas... En cualquier caso, son estados alterados de la percepción, y recomiendo combinarlos con azufre.

Escribo esto mientras Marc lee un documento.

Acaba de decirme, pertrechado:

"Nadie nos puede prohibir que, cuando te diga Ian Wilson , tú me entiendas Ian Wilson, ¿de acuerdo?"

"Está bien", le respondí. ¿Por qué diablos me habla de Ian Wilson?

"Porque ayer lo entrevisté".

Esta conversación me resultó particularmente extravagante, particularmente grotesca. Me di vuelta y le dije que nos viéramos mañana, que hoy no lo invitaría a pasar a mi habitación.

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